Un Lunes cualquiera, echado en el sillón y de sorpresa una pequeña secreción incorpora a mi mujer...
En el fondo aun incrédulo le indico que se cerciore, 5 minutos después lloro de felicidad, ella anuncia su llegada.
Los ánimos son firmes y las esperanzas grandes, permanece esa calma que siempre estuvo latente, se desbordan los sentidos, no puedo con mi mente, con lágrimas en los ojos sonrío cual pequeño, es la emoción de la vida que me hace sentir ajeno.
El tiempo va muy lento mientras la incertidumbre se hace aun mas grande y las emociones crecen.
Llega luego visita y se disipa aquello, mas no del todo ajeno, siempre del todo bello.
Un par de horas pasan también unas canciones, el tiempo viene encima y une los corazones.
Constantes las consultas para calmar las ansias, preguntas incesantes, las mismas circunstancias.
De pronto el viaje empieza y nunca se esta listo, empaca uno todo y olvida lo mas visto.
Primero lo primero y a checarse se ha dicho, todo parece bien, a esperar veredicto.
Pasan un par de horas, el plan ya esta andando, intentar por la buena y esperar dormitando.
No sale lo planeado, sorpresa a nadie ha dado, ella va por cesarea, el miedo la ha abrumado.
Le deseo buena suerte, me despido de beso, la dejo en el pasillo, la veo alejarse pronto y a la vida le pido, que todo salga bien y que nada le falle, que me la ampare Dios a ella y a su madre.
Pasan unos momentos de espera mas con calma, de repente una
voz me guía hacia sus almas.
Utilizo ropajes cual doctor practicante,
es usted el papá? me preguntan flagrante.
No supe contestar, me incorporé al instante, me dirijo al azar, me quedo yo perplejo.
Una sala con luces y personas con bata,
la pequeña señal y empieza el rodaje.
Me dejo yo llevar, no creo lo que veo,
ese inmenso llorar, tan grande y tan pequeño.
Siento yo reventar de todo lo que siento, me acerco un poco mas, mi vista es ya de ensueño.
La cosa mas pequeña y linda que haya visto, llena de imperfecciones y aun así insisto, comienzo a balbucear pues no se lo que pasa, el cordón a cortar y la mano temblante, la voy a lastimar, es injusto, adelante.
Todo pasa muy rápido volteo a verla a ella, se que nada esta mal pero me abruma verla, no lo pienso grabar, respeto la epopeya.
Atónito observo las cosas que le hacen, a ellas mis bellezas, a ambas sin ropajes, el instinto me llama y la razón me calma, empiezo yo a llorar, como viendo una estrella.
La ponen en mis brazos de repente y no hallo, empiezo a caminar, me derrumbo a pedazos, ese mi caminar parece a mi fallarme, no lo puedo evitar, me asombra y me hace grande, no le puedo fallar mas nunca en adelante.
La acerco a su madre para que le de un beso, le da el mas tierno de ellos, en su frente, amoroso, vuelvo yo a mi lugar,
estoy aquí a su antojo.
Me alejo de mi amada y siento que es lo justo, siento el proteger que ahora me hace uno, uno con mi bebe, con mi niña, mi hada, uno con mi familia, mi Erika y mi Ivanna.
Te amo y juro protegerte siempre.
Y a ti Erika, te mereces lo mejor del mundo... y espero poder brindartelo.
Gracias por leer.
Bytes.
-Un padre enamorado